La acción es el enemigo del miedo.
frente al miedo y
a la inmovilidad
el cambio de actitud
tiene que ser la acción.
A veces los “accidentes” que nos presenta la vida se materializan en personas, en jefes, en compañeros de trabajo, en vecinos, en profesores desagradables, irritantes, pedantes, altivos altaneros y negativos con los cuales sí o sí debemos interactuar. En definitiva: gente tóxica.
¿Están presentes en nuestra vida
con un propósito?
Seguramente, para desafiar
nuestra creatividad y sacarnos de nuestros espacios de confort. Son
personas, que para bien o para mal,
vibran en una frecuencia muy distinta a la nuestra. No es mejor ni peor,
es distinta y evidentemente algo tenemos que aprender de ellos.
¿Es necesario
“hacerse amigo” ? Como necesario no lo
es, pero bien podemos pensar en dejar de considerarlo un enemigo para
transformarlo en adversario cuyas opiniones uno respeta.
La colaboración
puede ser una forma de sumarlo. Pensá en un proyecto de trabajo en el que necesites alguien que aporte una visión extrema de las cosas o una actividad deportiva o un juego, y sumalo. La
colaboración siempre suma y arroja resultados positivos.
Intreractuar con gente tóxica puede servir hasta de ejemplo como una personalidad a la que no quisieras parecerte. Te va a permitir ser consciente de los cambios que te conviene llevar a cabo en tu trato diario.
Intreractuar con gente tóxica puede servir hasta de ejemplo como una personalidad a la que no quisieras parecerte. Te va a permitir ser consciente de los cambios que te conviene llevar a cabo en tu trato diario.
Pensá que siempre hay
distintas maneras de encarar el mismo desafío y no sos dueño de la única
verdad.
Por ejemplo,
imaginá un grupo de actores que improvisan una obra de teatro en la calle . Es
una forma de representar la obra, libremente, sin luces, sin más escenario que
la imaginación de actores y espectadores. Por otro lado imaginá esos mismos actores siguiendo un libreto en
un teatro con luces, escenografía. Más
allá del entorno y los condicionamientos,
todos contamos con otros para hacer las cosas.
Los grupos humanos
de organizaciones pueden conformar una sociedad cuyos latidos individuales
devienen grupales que crean y recrean ámbitos de creatividad.
Un taller repleto de
pintores es una comunidad de trabajo creativo alineados en la pintura y se oyen
los ruidos, perfumes y sentidos propios de ese ámbito y no de otro.
Los grupos humanos
productivos que llevan a cabo un trabajo
metódico e inteligente en un ámbito de paciencia y temperancia, estimulan el
talento.
Y no es necesario permitir que vulneren tus límites. Si éste es tu espacio y éste es tu lugar, no permitas que ingresen quienes no van a sumar en tu vida. Depende de uno.
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