Ni antes ni
después del encierro voy a poder manipular
las emociones como objetos o cosas, es
mucho más complejo que eso. Pero, sí en cambio puedo decidir cómo de bien responder a cosas que
pasan en casa y en el trabajo,. Ess una decisión propia y habla bien acerca de
nosotros cuando una respuesta amable requiere la misma energía que una ironía o una
grosería.
Nadie
eligió el encierro, de hecho nos sacamos a nosotros mismos la libertad, y estos extremos a los que estamos
expuestos ponen sobre la mesa la verdadera identidad de cada uno y sus
intenciones. El dolor interno siempre sale a la luz. Siempre. ¿Y quién paga el
precio? Cada uno de nosotros.
Sí, todo
bien pero los chicos me detonan todo el día, mi jefe me come la cabeza, a mi
suegra hay que atarla a la silla, esto es caos y encima de la casa y todo eso
tengo que trabajar.
¿Y cuando
esto pase? El camino que viene probablemente será frágil, pero no
necesariamente tenga que ser malo o disfuncional. En esta realidad queda muy
clara esta voz cada vez más y más
fuerte, que lo único permanente es el cambio y que a todos nos conviene entender
que nada es para siempre, ni el encierro ni lo que venga luego.
www.bellotti.com.ar
54 9 11 4043 9006
No hay comentarios:
Publicar un comentario