sábado, 27 de febrero de 2016

RESPETO POR NOSOTROS MISMOS

Respeto por nosotros mismos


“Hacer una pausa en lugar de llenar inmediatamente el espacio es una experiencia transformadora.  Cuando esperamos, empezamos a conectar tanto con la inquietud fundamental como con la amplitud fundamental”

Con esta reflexión,  Pema Chödron,  maestra y escritora budista, da inicio y tono al capítulo 6 de su recomendable libro “Cuando todo se derrumba”.  Sus 6 páginas son una amorosa invitación a conectar con lo que ocurre cuando no escapamos al momento presente a través de nuestras múltiples y repetidas estrategias.  Una invitación a permanecer en el espacio entre el estímulo y la reacción, y a detenernos a observarnos con atención plena.  

Por qué ?  Lo contrario, vivir reactivamente, nos causa daño a nosotros y a los demás.  Y nos dice Pema Chödrön: “la agresión más grave hacia nosotros mismos, el daño más fundamental que podemos hacernos es permanecer en la ignorancia por no tener el coraje y el respeto de mirarnos a nosotros mismos honesta y delicadamente.  El requisito para no hacernos daño es permanecer atentos, una sensación de ver lo que estamos viendo claramente, con respeto y compasión.”

Coraje, respeto, honestidad, delicadeza, compasión.  Ninguna palabra sobra en esta gran maestra y escritora que en dos oraciones nos da la clave para relacionarnos con nosotros mismos.  Palabras especialmente útiles en nuestra cultura, que ha tendido a anteponer la culpa a la aceptación y el entretenimiento a la pausa.

El primer paso es, entonces, la atención plena, “mindfullness”.  Mirar con atención lo que está ocurriendo, sin pretensiones de escape y sin juzgar.  Mirar profundamente, permanecer en ese mirar.  Mirar con honestidad, sin ilusiones, compasivamente.  “Mindfulness no es solo meditar. Es un viaje de por vida para relacionarnos de manera honesta con la inmediatez de nuestra experiencia y respetarnos lo suficiente como para no juzgar lo que experimentamos.”
Naturalmente, lo que primero aparecer suele ser temor y confusión, pero sin embargo es en ese emerger de la confusión, en ese hacerla consciente que el despertar comienza.  "La atención nos permite ver nuestro deseo y nuestra agresividad, nuestros celos y nuestra ignorancia. Pero no hacemos nada con ellos, simplemente los vemos. La atención es lo que nos permite verlos."

El paso siguiente, nos dice Pema Chödröm, es refrenarnos.  Sobre la sólida base de la atención plena estamos en condiciones de evitar la reacción ante el impulso y en su remplazo decidimos refrenarnos.
"La atención es la base y el camino es refrenarse. Refrenarse es una de esas palabras rígidas que suenan un poco represoras. Pensamos que las personas vivas, jugosas e interesantes no se refrenarían.  Sin embargo, en este contexto, el refrenamiento es en gran medida el método empleado para hacerse una persona dhármica.  Es la práctica de no llenar el espacio solo porque hay una brecha"  

Esta prestigiosa maestra nos refiere también una práctica muy sencilla, combinando la atención y el refrenamiento, muy útil para tomar conciencia de dónde estamos.  Consiste simplemente en observar cuáles son nuestros movimientos físicos (los nuestros, no los de los demás ! ) cuando nos sentimos incómodos.   Una forma de leer nuestro lenguaje corporal en situaciones de incomodidad, sin criticar y sin cambiar, solo para notar lo que hacemos.
La práctica de ásanas puede ser también una buena oportunidad para observarnos sin juzgar, registrando esos momentos donde buscamos adivinar o pasar rápidamente a la siguiente postura, y luego a la siguiente, y a la siguiente...

"Al refrenarnos, vemos que hay algo entre el surgimiento del anhelo y cualquier acción resultante. Hay algo en nosotros que no queremos experimentar y, de hecho, no lo experimentamos porque actuamos muy rápidamente." Eso que no queremos experimentar y pretendemos controlar es inquietud y miedo, ante la percepción de que no hay nada seguro, de que hay una "fundamental falta de suelo bajo los pies".   Sin embargo,  al reaccionar inmediatamente al impulso, lejos de solucionar el problema lo agravamos, dándole a ese miedo un poder mayor sobre nosotros y exacerbando su efecto.   "Pero lo que está debajo de ese control y rigidez es mucho más suave y amable, aunque al principio lo experimentemos como miedo"

Obervar con atención plena y refrenarnos nos permite comprenderlo y transformarlo.   "Dicha comprensión nos ayuda a descubrir cómo aumentamos nuestro dolor y confusión, cómo nos dañamos a nosotros mismos.  Por medio de nuestra bondad básica, nuestra sabiduría básica, nuestra inteligencia básica, podemos dejar de hacernos daño.  La atención nos permite ver las cosas cuando surgen, y la comprensión nos permite no aceptar la reacción en cadena que las hace tomar una dimensión descontrolada.  Mantenemos las cosas en su tamaño diminuto, las mantenemos pequeñas."

Hagamos lugar, a pesar del vértigo, al espacio entre el estímulo y la reacción, aceptando compasivamente el momento presente tal cual es, tal cual somos.  La práctica, en esta estación, es hacer de esta brecha nuestro amigo y maestro. 
El momento presente es todo cuanto tenemos. Nada más, y nada menos.   Quien sabe, permaneciendo atenta y sabiamente en él, podemos tener todo cuanto necesitamos.Quien sabe, disolver el miedo no requiere más que abrazarlo tiernamente, con atención plena.

Quien sabe, lo que aparece "es la liberación que surge cuando estamos completamente aquí, sin ansiedad, ante la imperfección"

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