viernes, 17 de junio de 2016

EL MIEDO: CÓMO NACE Y CÓMO SE TRASCIENDE

EL MIEDO 
CÓMO NACE Y CÓMO SE TRASCIENDE  
Un día el Miedo llamó a la puerta. Abrió el Amor, y fuera ya no había nadie.

  
El miedo es una emoción con la que todos los seres humanos hemos aprendido a vivir,  aunque no pertenece a nuestra escencia. Nuestro
verdadero  Ser no sabe lo que es el miedo porque el Ser es Amor, y donde hay Amor no puede haber miedo. Sin embargo, el miedo está
presente en la vida de muchas personas como algo limitador.  Nace  de la angustia y tiñe todo de inseguridad y sufrimiento. 

¿Es limitante el miedo? Sí, es paralizante y  bloquea e  impide avanzar.  ¿a qué le tengo tanto miedo? A no ser capaz, a no poder hacer una
buen examen, a no encontrar trabajo, a que cuando lo encuentre no me guste, a no hacerlo bien, al ridículo, a la crítica, al rechazo, al sufrimiento físico y emocional, a no cumplir con las expectativas de los otros y con las mías propias.
Quiero superar este sentimiento , trascenderlo, y a la vez tengo miedo de no poder hacerlo.
Siento al miedo como un gran bloqueo interno que me genera sentimientos de inseguridad e incapacidad. Pero también sé que no son reales. 
Y si no son reales, ¿de dónde vienen?, ¿cómo nacieron?, ¿por qué existen?, ¿qué los alimenta? 
Buscar respuesta a estas preguntas, investigar qué se sabe acerca del miedo, es el primer paso para poder afrontarlo. 

 “El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la
bondad, todo pensamiento de belleza y verdad ” Aldous Huxley

DEFINICIÓN   
El miedo es clínicamente  una perturbación , una construcción del cerebro que nace de la angustia debido a un riesgo o daño real o
imaginario. Es también una  aprensión a que  suceda algo contrario a lo que deseo.
El miedo  es una emoción provocada  por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado que  deriva del rechazo  natural al riesgo o la amenaza.                 
               
 Desde lo biológico, es un mecanismo de defensa, que usamos para  responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y es un producto emocional del cerebro. El mecanismo que desata el miedo es la angustia y  se encuentra, tanto en personas como en animales ( el animal sabe que es alimento de otro).      
  
Hay entonces muchos ‘grados’ de miedos que conforman una gama de emociones que van desde una leve sensación de alerta y
precaución, pasando por la incomodidad, la resistencia y el respeto, hasta llegar al terror y a miedos irracionales. Esos miedos irracionales
que construimos , crecen como fantasmas en nuestra mente limitándonos y condicionándonos.  

Llegamos a este mundo vibrando con el Amor, sin miedos. Los miedos los vamos aprendiendo y los primeros en transmitirlos  son nuestros
padres ya que son los primeros seres con los que nos relacionamos. No son concientes que nos están enseñando a tener miedo, lo hacen así
porque es lo que han aprendido. Y al enseñarnos a tener miedo no nos  están  enseñando a amar. Aunque parece que lo que hacen lo hacen
por amor, en realidad es por todos los miedos que ellos también tienen.
El más  grande de esos miedo es el de la pérdida del ser querido, lo que lleva a querer proteger y cuidar del hijo para que nada le suceda.
Ideas muy repetidas como “tené cuidado” “no hagas esto que podría sucederte aquello” más que proteger van creando sensaciones de
inseguridad y peligro en nuestro subconsciente, que deriva luego en miedos irracionales.  

¿CÓMO SUPERAR EL MIEDO?  
Con la toma de conciencia y la acción. Primero hay que darse cuenta que se tiene miedo y aceptarlo. Luego actuar.   
“Si tienes miedo, hazlo igualmente” Susan Jeffers  
“El miedo es un dragón que tiene en la espalda un escudo blindado impenetrable. Al miedo se lo vence de frente, con acción”.

Cuando aparece el miedo no nos deja actuar, nos paraliza. El iniciar una acción, aunque no sea la mejor, ni la más efectiva, el miedo tiende a
desaparecer. El miedo se vence actuando y no hay otro camino. Cuando finalmente nos decidimos a actuar, puede ser que nos
asustemos ante la idea de lo que vamos a hacer, pero ya no vamos a tener miedo.
Es imprescindible tomar una decisión para salirse del miedo. Si se logra transformar la indecisión, la parálisis, la ansiedad y la angustia en
una decisión, esta decisión nos elevará hasta la acción y  el miedo habrá naufragado en el entusiasmo  de hacer lo que decidí hacer.  
“Haciendo lo que tememos, disolvemos nuestro temor” Emerson  

EL MIEDO MARCA EL RUMBO
Si tenemos la mente lo suficientemente abierta para escuchar y aprender, el miedo enseña.  Si me da miedo cambiar de trabajo, seguramente
haya llegado el momento de empezar a buscar otro. Si me da miedo hablar con mi pareja, mi jefe o mi hijo, es una señal infalible de que
tengo que hacerlo. Si me da miedo alejarme de mi familia y mis amigos, vivir en otro lugar, empezar una nueva vida, es que con certeza
tengo que hacerlo. Cuando cruzamos la “cortina de humo” del miedo, al otro lado está la libertad. Cada vez que hago algo que previamente
temía, después me siento más seguro. Puedo equivocarme seguramente,  las cosas tal vez no salgan como tení a previsto, pero seguir el
camino del miedo me da la oportunidad de superarme, de aprender y de creer.   

DESAPRENDIENDO EL MIEDO
Los miedos (y también otras emociones que van de la mano, como la baja autoestima y el apego) son construcciones mentales que hacemos
a partir de lo que hemos aprendido, por lo tanto podemos desaprenderlos y re-programar nuestra mente a través de un proceso que requiere
todo nuestro compromiso.   
“Los miedos sólo son pensamientos y los pensamientos se pueden cambiar” Louise L. Hay               
   
Es un  proceso que  comienza con un awareness:  “darse cuenta” y una firme decisión de querer enfrentarnos a esas sombras para
iluminarlas, iluminarlas con amor (el enemigo del miedo) .
La reprogramación de nuestros modelos mentales se logra a través de un  trabajo interior que nos lleve al despertar de la consciencia. En
este camino es muy importante mantener una atención constante, observar y observarnos, para entender y conocer las maniobras de nuestro
ego, ser humildes, aceptarnos tal como somos y ser compasivos con nosotros mismos, sin negar ninguno de nuestros aspectos ni buscar la
perfección. La toma de conciencia, responsabilizarnos de nuestras acciones y dejar de victimizarnos  es lo que nos permite empezar a dejar
atrás todos los miedos arrastrados desde la infancia, que distorsionan nuestra forma de ver la realidad. De lo que se  trata es de entrenar a la
mente para crear una mente feliz.  

¿EL MIEDO EXISTE?
 El miedo no existe como algo físico. En todo caso, es una vibración. Todo en el universo es energía vibrando de distinta forma. El Amor es la energía más pura, más rápida, más alta. Mientras que el miedo es una vibración densa y lenta.   El miedo engaña, confunde, infringe, resiste, desiste... y encima : no existe. Donde hay amor no puede haber miedo, y donde hay miedo no hay Amor.

AUTOESTIMA, APEGO Y AUTOEXIGENCIA   
La autoestima es  esa  percepción  que cada uno tiene de sí mismo que está determinada por un conjunto de pensamientos, evaluaciones,
sentimientos y creencias acerca de qué y quiénes somos y del lugar que ocupamos en el mundo. Esta forma de vernos a nosotros mismos
determina la manera de estar y actuar en el mundo y la forma en que nos relacionamos con los demás.  Es el valor que nos atribuimos y el
respeto que sentimos por nosotros mismos. Las personas con mayor nivel de autoestima tienen mayor capacidad, incluso para el amor. Por
el contrario las personas con bajo nivel de autoestima, no prestan atención a las necesidades personales y con frecuencia se humillan. 
La falta de amor hacia uno mismo y la no aceptación de uno mismo es lo que genera una baja autoestima y con ella sentimientos de
inferioridad, inseguridad y miedo.  Una autoestima sana, en cambio, brinda bienestar y felicidad, hace que nos sintamos más seguros de
nosotros mismos y por tanto que afrontemos la vida de una forma más positiva. 

El miedo esta directamente relacionado con una baja autoestima. Ambos son productos de la ausencia de amor, y ambos son aprendidos. No
nacemos con miedos ni con sentimientos de inferioridad ni con falta de amor hacia nosotros mismos, sino que los vamos incorporando a
nuestra personalidad a partir de modelos mentales y creencias que nos son transmitidas, muchas veces con la mejor intención. Creamos
nuestra realidad y nuestra percepción de nosotros mismos a partir de esas creencias. 

Una baja autoestima genera inevitablemente una gran cantidad de miedos  que limitan y a la vez siguen alimentando esa baja  autoestima.
Se tiene miedo, por ejemplo, a no ser capaz, al rechazo, al ridículo, a no ser aceptados, a expresar los gustos u opiniones, al fracaso, en fin,
miedos y miedos que frenan e impiden hacer aquello que se quiere hacer. Pero es precisamente el atreverse el que hará desaparecer el
miedo y recuperar la autoestima.  

Todos representamos diferentes personajes en el día a día, pero generalmente confundimos esos personajes con lo que verdaderamente
somos. Cuando estoy pendiente de la aprobación de ese  “público imaginario”, cuando intento “cumplir con mi papel” y me olvido de vivir mi
vida, cuando me alejo de mis deseos y lo que realmente quiero, amo y soy... Cuando vivo mi vida desde lo que verdaderamente Soy y dejo a
un lado a mi personaje y a mi público imaginario, el miedo sencillamente se diluye, no existe. Y vivo desde la conciencia, la seguridad y el
amor. –

EL MIEDO ES LO QUE NO ES
Me da miedo perder el trabajo, cuando tengo un trabajo. Que me abandone mi pareja, cuando vivo en pareja. Arruinarme, cuando tengo
dinero. Enfermar, cuando estoy sano. Morir, cuando estoy vivo.
El miedo es la fantasía anticipatoria de algo que no es real en mi momento actual. Cuando esas situaciones se hacen reales y pierdo el
trabajo, me quedo solo, sin dinero o enfermo; ya no siento miedo, tendré otras emociones, pero no miedo. Naturalmente, cuando esté
realmente muerto, creo que no habrá tiempo para sentir miedo. ¿Por qué perder el momento presente por algo que no es?” 
Entonces, una forma muy efectiva de superar los miedos es trabajar nuestra autoestima y aprender a amarnos a nosotros mismos.   
El Amor es la fuerza de sanación más poderosa que existe. Amarnos significa sentir un gran respeto por nosotros mismos y quienes somos.   
         
  MIEDO Y APEGO
 El apego es una forma de relacionarnos con el mundo, con las personas, con las cosas y con las ideas. Es un proceso mental y por lo tanto ,
aprendido , que lucha contra la natural transitoriedad de todas las cosas. Tenemos una predisposición aprendida a apegarnos a todas las
cosas, no solo a cosas materiales como puede ser un objeto querido, una casa, una joya, un coche, sino también a relaciones, a personas y a
sentimientos; nos apegamos al trabajo, a una pareja, a un amigo, a los padres, al éxito, al poder, al dinero, a las sensaciones y emociones
que producen ciertas cosas. Ese apego lleva al miedo a perder y al sufrimiento. Sabemos que todo cambia constantemente, pero aún así la
pérdida o el cambio nos produce miedo. 

Vivir con apegos nos hace dependientes y prisioneros del exterior porque identifica la autoestima y la razón de vivir con algo que no soy yo;
da el poder sobre nosotros mismos a otras personas, cosas o a las circunstancias, desplazando el centro de uno mismo al afuera. Vivir sin
apegos nos hace libres y nos da poder sobre nosotros mismos. Si soltamos el apego, a pesar del miedo, descubriremos el gran gozo de ser
auténticamente nosotros mismos y de amar verdaderamente.  
Lo único permanente es el cambio.
       




El miedo se afirma cuando no disfrutamos la vida. Si gozás la vida, el miedo desaparecerá. Por tanto, sé positivo y goza más, ríete más, baila,
canta. Mira las cosas pequeñas cada vez con más alegría y entusiasmo. La vida está hecha de detalles y si logras dotar de alegría todas
esas cosas, la suma total será colosal. Hay muchas personas en el mundo que se pierden la vida por estar a la espera de algún suceso
extraordinario, el cual no podrá suceder de la nada. Requiere de tres pilares: humildad, dejar de victimizarnos y tomar acciones.

Lo correcto es aceptar el miedo para que no haya necesidad de reprimirlo. Hay que aceptarlo como algo natural, que es como es.
Acepta la realidad del miedo pero seguí  adelante. No lo reprimas y no permitas que se convierta en obstáculo. Continuá avanzando a pesar
de él, aunque sea temblando de pies a cabeza, pero no te detengas. Sencillamente, sé natural, auténtico y sincero. Toma nota de que el
miedo está allí, y sigue adelante. A eso me refiero cuando digo que sigas avanzando a pesar del miedo. No importa si temblás, no estás solo,
tenés tu amor.

El valiente avanza a pesar del miedo, mientras que el cobarde se paraliza a causa del miedo  "La diferencia entre un valiente y un cobarde no
está en que el primero sea intrépido y el segundo miedoso. No, esa no es la diferencia. Los dos sienten miedo en la misma proporción. El
valiente avanza a pesar del miedo, mientras que el cobarde se paraliza a causa del miedo. ¡Ambos temen!  Ser valiente significa
sencillamente poder actuar a pesar del miedo. Aunque la persona tiemble y trepide, no por ello se detiene, sino que utiliza el miedo como
puente. Aunque temblorosa y amedrentada, no se detiene en su marcha hacia lo desconocido. En todos los seres humanos conviven las dos
posibilidades: la valentía y el miedo. Todo depende de cuál de las dos escojas. Nunca elijan el miedo porque mutila y paraliza; destruye sin
permitir la más mínima posibilidad de crecer. Si bien es duro, vivir como vos querés ser  también es toda una aventura.  

El miedo más grande del hombre está en conocerse a si mismo. El cúmulo de condenaciones que a lo largo de tu vida has recibido de tus
padres, de la escuela, de tus relaciones pasadas, de la sociedad, de tu religión, hace que a veces quieras  esconderte de vos mismo. Por eso
evitas estar solo y tratas de llenarte de cosas externas, de innumerables pasatiempos y distracciones, o estás en el otro extremo ocupado con
trabajos y carreras alocadas, de gente dispar, viviendo en apuros, haciéndote dependiente de tus seres y objetos queridos, viviendo dormido
y alejado de vos.
Esa manera de vida te lleva a no estar a solas con vos  mismo en silencio. Y mientras más te alejas de tu propio centro, mientras más evadís tu propia escencia, más te creas tensión, sufrimiento y miseria, cayendo en un círculo vicioso en el que crees que necesitás de más estímulos externos, que a su vez te irán alejando más de tu verdadero yo.  Aceptate a vos mismo como sos  y esa es una de las cosas más difíciles del mundo, porque va contra tu entrenamiento, tu educación, tu cultura. Desde el inicio te fueron diciendo como tenias que ser, nadie nunca te dijo que  eras bueno como  sos. No te obsesiones  con vos  mismo, pero un amor propio natural es imprescindible, es una condición básica por la cual puedes entonces amar a otros. Aceptate a vos mismo y amate. Ninguna otra persona ha sido jamás como vos  y nadie más será como vos. Sos simplemente único, incomparable, indivisible e irrepetible, aceptalo, amalo, celebralo, y en esa misma celebración comenzarás a entender quién y qué queres ser.  El amor es solo posible cuando hay una profunda aceptación de uno mismo, del otro, del mundo. Aceptar es el elemento clave en el cual crece el amor, en el cual florece el amor.” 
                  
CONCLUSIONES
El miedo es una emoción con la que todos los seres humanos hemos aprendido a vivir, pero no pertenece a nuestra escencia. Nuestro
verdadero Ser no sabe lo que es el miedo porque el Ser es Amor, y donde hay Amor no puede haber miedo.  

Vivimos con el miedo porque hemos olvidado quienes somos y por lo tanto no vivimos conectados  con la vida misma, que es el ahora; nuestra mente vive en el pasado y en el futuro y se olvida del momento presente. El miedo desaparece  cuando empezamos a vivir conscientemente cada instante .

El miedo, a la vez que nace de la desconexión con nuestra escencia, es quien nos impide ser verdaderamente quienes somos. El miedo nos
condiciona, nos limita, nos engaña, nos restringe, nos confunde, nos empequeñece y nos distorsiona, y así no podemos experimentar lo que
verdaderamente somos, ni podemos desarrollar todas nuestras potencialidades; cuando el miedo nos inunda no podemos ser inteligentes,
valientes, creativos, bondadosos, solidarios ni, por supuesto, experimentar la paz y la felicidad.  

Cuando me siento bien, tranquilo, feliz, o sea cuando no hay miedo, escucho la voz de mi “diablito”  miedo diciéndome que no me alegre
tanto, que ese estado no durará mucho y que volveré con él. Siendo conciente de esto, voy a empezar a ver al miedo como un estado o
emoción más y pasajero. A partir de ahora no me voy a tomar el miedo tan en serio. 
Me  di  cuenta también que el miedo moldeó mi personalidad, me  hizo  creer que soy de una manera y no de otra, pero ahora
veo que lo que soy  está muy condicionado por el miedo. Viéndolo de esa forma puedo replantearme muchas cosas. Por ejemplo,
creía que  la creatividad no es una de mis cualidades, pero ahora me doy cuenta que no soy creativo por miedo, por autoexigencia y por com
pararme con los demás. No quiere decir que a partir de hoy sea creativo, pero si puedo cuestionarme esa creencia sobre mi mismo. 

Si los miedos son aprendido me sigo preguntando, ¿de qué experiencias arrastro tanto miedo, tanta inseguridad, tanto sentimiento de no ser
capaz? No recuerdo ninguna experiencia tan traumática que me haya dejado huellas tan profundas, mis padres no me enseñaron a tener
miedo, más de lo que normal e inconcientemente se hace, no me decían todo el tiempo que el mundo es peligroso, que lo hacía mal o que no
era capaz. Tampoco tuve una educación muy estricta en la que se me transmitiese miedo. Sigo sin encontrar una respuesta a esta pregunta,
pero ya no pienso que sea tan importante encontrarla. Lo importante es haberme dado cuenta de lo mucho que me he identificado con el miedo y poder verlo desde otro lugar para empezar a trabajarlo.

ALGUNAS IDEAS FUERZA
-El miedo solo existe en nuestros pensamientos. 
-El miedo es la ausencia de amor. 
-El miedo no existe, solo es una vibración. 
-El miedo desaparece cuando nos atrevemos a hacer lo que tememos. 
-El miedo causa bloqueos y desequilibrios energéticos y éstos, a su vez, nos mantienen en el miedo. 
-El antídoto del miedo es el amor: donde hay miedo no hay amor, y donde hay amor no hay miedo. 
-El miedo nace por una desconexión con nuestra verdadera escencia 
-Sentimos miedo porque no vivimos en el AHORA. 
-El miedo crece y persiste porque nos identificamos con los pensamientos y sentimientos que genera. Pero nosotros no somos esos
pensamientos ni esos sentimientos, no somos nuestro ego ni los personajes que él crea.    
H.BELLOTTI      
       
Bibliografía:
EL MIEDO Malena Galland
CUANDO TODO SE DERRUMBA  Pelma Chödrön

VIVIR ES UN ASUNTO URGENTE  Dr. Mario Puig

No hay comentarios:

Publicar un comentario