EL CAMINO DEL HÉROE
APRENDIENDO A APRENDER
Un resumen del libro de Fredy Kofman
Un guerrero no puede
quejarse o lamentar nada. Su vida es un permanente desafío y los desafíos no
son buenos ni malos. Los desafíos son simplemente
desafíos. La diferencia básica entre un
hombre ordinario y un guerrero es que el guerrero toma todo como un desafío, mientras que el hombre
ordinario toma todo como una bendición o una maldición.
Aprender es incorporar nuevas habilidades que posibilitan
lograr aquellas cosas que parecían inalcanzables.
Para aprender es necesario identificar una insatisfacción,
identificar oportunidades para aprender.
Los momentos iniciales del aprendizaje distan mucho de ser
felices; afloran incomodidad, ansiedad,
preocupación, etc.
El desenlace feliz de toda historia de aprendizaje es la transformación del observador mediante el esfuerzo del protagonista. Las emociones "difíciles" originales desaparecen, para
convertirse en satisfacción, confianza, alegría y paz.
Toda situación insatisfactoria presente no es más que una
historia potencial de aprendizaje cuyo protagonista aún no ha encontrado la forma de llegar a un desenlace feliz.
El camino del héroe es una estructura profunda común a todas
las historias. La línea argumental que subyace a las diferencias puede describirse con la siguiente gráfica:
En la primera etapa, existe una aparente
estabilidad donde todo funciona felizmente, es siempre ingenua e ilusoria; detrás de la fachada feliz se esconden las
grietas que desencadenarán una crisis.
En el punto dos, la crisis se manifiesta. No es más que la
culminación del proceso subterráneo preexistente. Los problemas venían fermentándose desde hace tiempo. El quiebre de la estabilidad
simboliza la aparición en escena de energías que habían sido reprimidashasta entonces. A pesar del dramatismo con el que se derrumba
la estabilidad inicial la aparición del problema permite investigar y resolver sus causas profundas.
Esta toma de conciencia es dolorosa, por lo que el héroe sólo
la hace a regañadientes ya pesar de sus impulsos inmediatos. Muchas veces el destino debe "ablandar" al héroe para que
preste atención y asuma responsabilidad
frente a las consecuencias de sus actos.
En punto tres, a veces llamado "la noche oscura del
alma", el guerrero está boca abajo con la cara hundida en el barro y es el
momento en el que el héroe decide si asume la realidad de la situación y se dispone a encararla, o no.
Punto cuatro: En los mitos hay siempre dos batallas. La
primera, y más difícil, es la interna; el
enfrentamiento entre el, héroe y la tentación de pereza e irresponsabilidad. Una vez ganada esta
batalla, puede el héroe enfrentar a sus enemigos externos.
El punto cinco restablece el orden se supera la crisis , las energías
inconscientes integradas en la conciencia. El héroe restituye un orden más evolucionado, inclusivo y robusto que
el anterior.
Pero en este nuevo orden 1” posiblemente siguen existiendo fuerzas desintegradas. Ellas
serán el motor del proceso virtuoso del guerrero permanente. Quien nunca conoció el precio de la
felicidad, no será feliz. El camino del héroe no sólo refleja la transformación una persona individual; también se aplica al crecimiento de los
grupos, las organizaciones y todo tipo
de comunidades humanas.
Como dice Machado "Caminante: no hay camino, se hace camino
al andar".
Para andar por el camino del aprendizaje, el caminante debe
cumplir con ciertas condiciones.
1. Establecer una visión.
2. Tomar conciencia de la brecha que hay entre su visión y su
realidad.
3. Declararse (temporariamente) incompetente, satisfacer sus
anhelos.
4. Comprometerse con el aprendizaje.
5. Asumir la responsabilidad de aumentar competencia.
6. Reconocerse como principiante y darse permiso para cometer
errores.
7. Buscar la ayuda de un maestro, o de un Coach y darle
permiso y autoridad.
8. Asignar el tiempo y los recursos para practicar
diligentemente bajo la supervisión del coach en un espacio adecuado.
La visión
¿qué dirección debería tomar?
"Eso depende de adónde quieras ir"
"No sé muy bien adónde quiero ir"
"Entonces no importa qué dirección tomes”
Para tener una actitud proactiva en la vida, es fundamental
tener una visión y fijar objetivos coherentes con esta visión.
Sin una visión, es imposible decidir racionalmente; todos los
caminos dan lo mismo, ya que no hay ninguna meta que alcanzar. Sin una visión, uno queda a la deriva y termina reaccionando momento
a momento como un animal: busca el placer
inmediato y evita las
dificultades. Los animales no tienen noción de futuro, por
eso sus reacciones instantáneas están
guiadas por el instinto. El ser humano,
en cambio, tiene la capacidad de imaginarse futuros posibles.
Esta conciencia le permite evaluar
situaciones y las consecuencias de sus actos con un horizonte mucho mayor.
El mapa del territorio se vuelve útil una vez que se ha
determinado el punto de llegada.
La visión hace que las situaciones aparezcan como
satisfactorias o insatisfactorias. El compromiso con la visión produce la
energía necesaria para actuar en el mundo. Este compromiso también
prepara la mente para encontrar oportunidades,
de otra forma invisibles. Cuando la persona "sintoniza " con su
visión, el mundo se le aparece distinto.
En el momento en el que uno se compromete, la providencia
también lo hace; Ocurren entonces todo tipo de cosas positivas, que de otra manera nunca habrían ocurrido. De la decisión nacen una
serie de hechos, que ponen a favor de uno
incidentes fortuitos y
asistencia material que ningún hombre podría haber soñado con
obtener. Sea cual fuere tu sueño,
comiénzalo. La audacia tiene genio, poder y magia".
De hecho, todas las obras del ser humano han sido creadas dos
veces. Primero en la mente del creador, luego en el mundo material. Por ejemplo, antes de existir materialmente,
los edificios y casas en las que vivimos existieron en la conciencia del arquitecto que los diseñó; "Toma el control de tu futuro
(mediante el desarrollo de tu visión), o algún otro la hará por ti..."
No tener una visión de futuro es no tener una dirección, un
propósito, un objetivo propio. Es dejarse llevar por la deriva de la vida sin un destino personal. Es "ser vivido" por los
valores, ideas y propósitos de los demás, en vez de vivir los propios. Es como no tener columna vertebral, como ser una masa líquida que se amolda a
los dictados del entorno sin oponer resistencia.
Es vivir de acuerdo con la programación social y ser controlado por sucesos externos
en vez de responder con autonomía en base a valores internos. No teneruna visión es ser una oveja más del rebaño. Elegimos los pensamientos que nos permitimos
pensar, las pasiones que nos permitirnos
sentir, y las acciones que nos permitimos realizar. Cada
elección es hecha en el contexto del sistema de valores que hemos seleccionado para gobernar nuestras vidas. Al seleccionar ese
sistema de valores, estamos, de una manera muy real, haciendo la elección más importante de nuestras vidas".
No importa tanto cuál sea la elección específica, lo más importante
es poner un método -cualquier método- en práctica.
Conciencia y competencia
Es imposible adquirir
nuevos conocimientos a menos que uno
tome conciencia y reconozca que "no sabe". Muchas personas quedan
detenidas en esta primera barrera, frustradas en su
aprendizaje, porque son incapaces o no están dispuestas a percibir conscientemente la brecha entre lo que desean hacer y lo que
pueden hacer.
Para evitar la tensión, se hacen los distraídos y rehúsan aceptar su ignorancia, culpan a
factores externos, se victimizan o disminuyen sus deseos de resultados.
El aprendizaje es mucho más que solucionar problemas. El esfuerzo
proviene del deseo de salir de algo indeseable y del deseo de alcanzar la visión.
Los golpes de la vida generan ansiedad, dolor, miedo, resentimiento
y resignación. Al enfrentar estos desafíos como parte de su camino de aprendizaje hacia la visión, sus sentimientos son
de serenidad, apertura, confianza, paz y entusiasmo.
El principiante se da permiso para cometer errores. El auténtico
principiante se permite cometer errores sin recriminarse, ya que sabe que la
única manera de aprender es tratar de hacer cosas que exceden su área de
competencia. Busca la ayuda de un maestro o de un coach, y darle permiso y
autoridad para ayudarlo. No es necesario re-inventar la rueda a cada momento.
Un coach o un mentor es una fuente de
saber acumulado que se pone a disposición del principiante. Un buen coach no
sólo conoce el campo de acción, sino que además sabe cómo introducir al
principiante en sus prácticas esenciales. Un buen coach es respetuoso de la
integridad del principiante y está dispuesto a asociarse con él para asistirlo
en el desarrollo de sus competencias.
Asignar el tiempo y los recursos para practicar
diligentemente bajo la supervisión del coach en un espacio adecuado. El aprendizaje no es una actividad teórica. Para incorporar nuevas competencias
es necesario ejercitarlas mediante acciones recurrentes. Estas prácticas demandan el compromiso del principiante para vencer la
inercia de su incomodidad y pereza. El
campo de prácticas debe ser un espacio de bajo riesgo, donde los errores no tengan mayores
consecuencias y donde se pueda repetir la
acción. De ahí la importancia de entrenarse.
¿Un manager tradicional destina acaso tiempo a "entrenarse" con su equipo?.
Prácticamente el 100% de sus recursos están destinados a la operación, y casi nada a la preparación.
Probablemente sea imposible para los managers destinar la mayor parte de su tiempo al aprendizaje, pero nada de tiempo no es la
asignación óptima. Sin duda, habría una mejora si un equipo destinara una
fracción de su tiempo a entrenar en un campo de práctica.
Los coaches y la confianza
Cuando uno permite que otra persona guíe su aprendizaje
emitiendo juicios e impartiendo instrucciones, debe enfrentar el dilema de la autonomía. El principiante debe ceder parte
de su autonomía a su coach. "Colóquese las gafas de seguridad antes de encender el soldador." La subordinación es una inversión: en el
presente uno delega parte de la
autoridad sobre sí mismo, para obtener un mayor dominio
personal en el futuro.
Con el objeto de generar confianza, el principiante debe
evaluar al coach en cinco dimensiones fundamentales.
1.
Competencia.
¿Domina el coach la competencia buscada? ¿Cuenta con capacidad para enseñarla?
Es necesario
que el coach sepa desenvolverse en el dominio de la acción, y
que además sepa cómo introducir al principiante en este
dominio. El coach debe conocer la mecánica de la competencia
buscada.
2.
Integridad. Encontrar congruencia entre las intenciones
declaradas por el coach y su comportamiento.
3.
Confiabilidad.
¿Es el coach consistente en el cumplimiento de lo que ha prometido? El coach
puede ser competente, íntegro y bien intencionado, pero puede fallar en el cumplimiento
regular y repetitivo de sus compromisos. La no confiabilidad del coach afectará
la confianza del principiante y lo predispondrá mal para el desarrollo de una
positiva relación de coaching.
4.
Respeto.
¿Emite el coach juicios respetuosos? Los juicios respetuosos jamás etiquetan o
califican a la persona
de manera destructiva para su
aprendizaje, ni para su autoestima. Los juicios productivos se orientan a
evaluar las acciones con el propósito de mejorar la eficiencia y aumentar la
autoestima y la autoconfianza del principiante. Estos estándares ayudan al
principiante a confiar con prudencia, realizar juicios fundados acerca del
coach y, mediante progresivos
compromisos, construir una relación sana y eficiente.
La senda del aprendizaje es exactamente lo opuesto al ideal
gratificante de un ascenso regular y constante. Dicha ruta está formada, en su mayor parte, por mesetas alteradas por algunos breves
saltos de "progreso" que nos llevan a una meseta ligeramente más elevada. Todo aquel que intenta aprender algo nuevo, pasa gran parte
del tiempo detenido en un cierto nivel
de competencia (o incompetencia) , con esporádicas explosiones de mejoramiento.
Tal proceso suele frustrar . En lugar de mantenerse
constantes en la disciplina y la práctica,
muchos de los aprendices quedan estancados en alguna de las siguientes tres categorías.
1.
El
diletante es aquel que inicia un nuevo deporte, hobby, dieta o cualquier otro emprendimiento
con gran alharaca y energía,
sólo para dejar de practicarlo después de sentirse "frustrado" en la
primera o segunda meseta. Abandona lo que ha
estado haciendo, para iniciar otra cosa.
2.
El
obsesivo es quien trata de atravesar la meseta exigiéndose al límite en sus
capacidades, impulsado por un deseo desenfrenado. Rechaza o ignora los consejos de su coach hasta
que también, finalmente, abandona.
3. El
idóneo es aquel que consigue alcanzar un nivel y decide que eso es suficiente.
A partir de ese logro, considera que no hay necesidad de seguir trabajando en su
aprendizaje.
Quien renuncia a metas instantáneas y opta por la práctica
diligente, generalmente termina alcanzando metas más altas (tanto en competencia operativa como en autosatisfacción) que quien
apunta a resultados rápidos".
Toda persona puede descubrirse a sí misma en forma más
profunda al meditar sobre sus patrones de rechazo a la maestría. Al entender la dinámica de sus tendencias, el aprendize puede
tomar conciencia de las trabas que se impone en el camino a la excelencia,y así no dejarse atrapar por ellas.
Los enemigos del aprendizaje
La mayoría de las personas tienen grandes dificultades para
aprender. Existen muchas amenazas que asechan a quienes buscan el conocimiento. Llamamos a estas fuerzas negativas "los
enemigos del aprendizaje".
Cuando un hombre emprende el camino del aprendizaje, no tiene
claros sus objetivos. Su propósito es débil y su intención deambula.
Sueña con recompensas que nunca se materializarán, ya que no
sabe nada de las dificultades del aprendizaje.
"Lentamente comienza a aprender, poco a poco primero, a grandes pasos después y sus
pensamientos pronto entran en colisión. Lo que aprende no es nunca lo que esperaba, o imaginaba, así que empieza a sentir miedo.
Aprender no es nunca lo que uno se imagina. Cada paso del
aprendizaje es una nueva tarea y el miedo crece sin cesar y sin piedad. El camino del hombre que aspira al conocimiento se convierte en
un campo de batalla.
Así, el hombre ha tropezado con el primero de sus enemigos
naturales: ¡el miedo!
Un enemigo traicionero
y difícil de vencer. El miedo se oculta en cada esquina y si el hombre se
retira, su enemigo habrá logrado poner fin a su aprendizaje.
“¿Qué le pasa al hombre que se vuelve atrás, asustado? Nada,
salvo que nunca aprenderá. Nunca se convertirá en un hombre de conocimiento. Su
enemigo habrá puesto fin a sus anhelos de saber. “¿y qué puede hacer el hombre
para sobreponerse al miedo? La
respuesta es simple: no escapar. El hombre debe desafiar a su
miedo y, a pesar de él, dar el siguiente paso en el aprendizaje y el siguiente y el siguiente. El hombre puede estar completamente
asustado y aun así no detenerse. Esa es la regla. Y el momento llegará
cuando su enemigo se retire. El hombre
entonces se sentirá seguro de sí mismo, su intención se hará más fuerte, y el
aprendizaje no será ya un trabajo terrorífico".
Algunos de los enemigos del aprendizaje
1.
El
miedo (a declarar ignorancia). El ego desmedido del sabelotodo es
extremadamente frágil. La revelación de áreas
de
ignorancia e incompetencia puede
quebrar su imagen. Por eso, prefiere sufrir antes que admitir la necesidad de aprender. El temor, el miedo, el pánico en
todas sus variantes surgen de la angustia.
2.
La vergüenza (de mostrar incompetencia). Otra
forma de miedo: El miedo al ridículo
siempre asecha al aprendiz. Al
intentar nuevos comportamientos, sus
acciones serán incómodas, torpes y hasta cómicas. Si no es capaz de soportar la
demostración constante de su
incompetencia, abandonará humillado el camino del conocimiento.
3.
La
tentación de victimizarse . Es mucho más fácil atribuir las dificultades a factores
externos. Al poner "afuera"
la causa de los problemas, el afectado se siente libre de la
responsabilidad de aprender.
4.
El orgullo (que impide pedir ayuda e
instrucción). Pedir ayuda implica reconocer una necesidad. Dar permiso ,para
recibir
instrucción implica ceder autonomía, Quienes basan su orgullo
personal en la ilusión de la omnipotencia en ,independencia quedan
atrapados por este "enemigo".
5.
La arrogancia de creer, o pretender, que uno ya
sabe. Ya sabemos que "No hay peor ciego que el que no quiere ver". Sin humildad, es imposible reconocer las oportunidades de mejora,
ya que la arrogancia se basa en la creencia de que no se necesita mejorar. Como reza un refrán de los indios navajos, "Es
imposible despertar a un hombre que finge estar dormido".
6.
La pereza: Aprender es una tarea exigente. Incorporar nuevas
habilidades requiere de prácticas esmeradas. Los perezosos escapan de este esfuerzo. Prefieren mantener su comodidad
incompetente.
7.
La impaciencia (por acceder a la gratificación
inmediata) y el aburrimiento. Sin una motivación de largo plazo, es imposible invertir el esfuerzo necesario para adquirir conocimiento.
La necesidad de gratificaciones permanentes produce grandes frustraciones y lo alienta a abandonar su
camino. Aquellos que buscan entretenimiento, no duran mucho en la búsqueda del conocimiento.
8. La desconfianza (en el instructor o en uno
mismo). La ayuda del maestro depende totalmente de la confianza que exista
entre ellos. Cuando los fundamentos de esta relación no se arraigan en la
confianza, el aprendizaje se vuelve extremadamente difícil. Por otro lado,
cuando uno mismo no cree ser capaz de aprender, no hay esperanza. Como decía
Henry Ford: "Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes,
tienes razón". O en palabras de Saint Exupéry: "Defiende tus
limitaciones y, por cierto, serán tuyas.
9.
El
enojo y la confusión. Muchas veces resulta imposible comprender la razón de
cierta práctica o ejercicio. Por eso la confianza en el coach es fundamental. El enojo y la confusión
se derivan del pensamiento desconfiado: "No entiendo lo que está ocurriendo, y no me gusta". Al operar en un espacio de
confianza y seguridad, el aprendiz puede re interpretar su situación y pensar:
"No entiendo lo que está ocurriendo... y me entusiasma,
me siento cuidado".
Resumiendo:
Aprender es incorporar
nuevas habilidades que posibilitan lograr aquellas cosas que parecían inalcanzables. Para aprender es necesario identificar
una insatisfacción, identificar oportunidades para aprender aquellas cosas que nos harán lograr los objetivos.
Aprender requiere: Humildad,
responsabilidad y acciones concretas.
Un guerrero no puede quejarse o lamentar nada. Su vida es un
permanente desafío y los desafíos no son buenos ni malos. Los
desafíos son simplemente desafíos. La diferencia básica entre un hombre ordinario y un guerrero es
que el guerrero toma todo
como un desafío,mientras que el hombre ordinario toma todo
como una bendición o una maldición.
Horacio Bellotti
www.bellotti.com.ar
Bibliografía : Aprendiendo a Aprender Fredy Kofman