CÓMO SOBRELLEVAR LA INCERTIDUMBRE
Le tememos a eso desconocido
porque no lo podemos ver.
In= sin / Certidumbre
= certeza, lo cierto
Incertidumbre
= ausencia de certeza, duda
En la vida no hay casi nada
seguro; todo resulta tan imprevisible que con frecuencia me pregunto
si habrá algo que sea
absolutamente cierto.
¿Tiene
sentido que la mayoría de las personas deseen seguridad y felicidad tanto para
ellas como para su familia? Por lo general
trabajamos mucho, porque creemos que el dinero y las posesiones son el medio para conseguirlas. ¿Y
esas cosas, una vez logradas pueden desaparecer?
La falta de seguridad sobre un asunto importante
constituye una de las principales causas de ansiedad, preocupación, angustia,
frustración y enojo , de modo que inquietarme gratuitamente por lo que pudiera eventualmente suceder
tal vez perjudique muchas cosas como mi salud y mis relaciones. Y no solucione nada. El 90% de nuestras pre-ocupaciones terminan no
ocurriendo.
Está
bien sentir miedo o temor , el coraje no es la ausencia de miedo, es la
capacidad de trascenderlo transitándolo. Esperar no tener miedo es esperar lo
imposible.
Es
cierto, a veces vivimos la incertidumbre como una amenaza que vive solamente en
mi cabeza y mis palabras (el resto del mundo ni se entera) es una inferencia,
un juicio que no se puede medir.
Del lado opuesto están los hechos, todo lo que
hice en mi vida, los recursos con los
que cuento y me sirven para enfrentar la
batalla que quiero ganar. Y eso sí es medible. Hechos que me demuestran que sí pude y puedo repetirlo. Son recursos, forman parte
de mi caja de herramientas, mi “toolkit”, el que me acompaña y crecer
conforme aprendo.
La incertidumbre está asociada a la falta de claridad de algunos
acontecimientos a los que nos enfrentamos, y se genera por no tener una respuesta clara: un
hecho. Estamos hablando de algo simple: no-saber. Re-conocer y admitir que no sé es
indispensable para dar el siguiente paso. Porque cuando hablo repito lo que
ya sé y no me doy el espacio para preguntar, escuchar y aprender.
Hay incertidumbre cuando creemos (como la única verdad posible)
que algo debe ser de un modo específico. Por ponerlo de
otra manera: la angustia es producto de perseguir una visión única posible.
La incertidumbre nace y crece sólo en la medida que creo que en mis manos
está mi porvenir. La angustia que se genera es proporcional a mi suposición de ser el
hacedor directo de mi futuro.
Pero eso sólo es posible en mi cabeza cuando no he entendido que si bien
puedo hacer todo lo posible y bien desde la primera
vez, siempre hubo, hay y habrá imponderables que escapan a nuestro control.
No se trata de centrarme en mí
para conocerme porque no hay un conocimiento posible de mí si estoy cerrado al mundo; hay otras
opciones y puedo (si quiero y decido hacerlo) adaptarme al contexto que se presenta y que
hoy – como no lo conozco – es incierto. ¿Existe la posibilidad de que dentro de esa cáscara que
visualizamos como dura de acero blindado, haya algo suave y blando? .¿Hace falta dramatizar
todo?
Casarme, tener hijos, estudiar,
viajar, vivir, enfrentar, discutir, ignorar o cualquier otra conducta, sólo será posible si está a mi alcance. Puedo quedarme inmóvil y
no optar, pero ésa también es una decisión y un modo de adaptarme; pasiva e inactiva pero me adapté y decidí. La vida es una suma de decisiones, decidir es
accionar desvictimizándome y responsabilizándome. Esa es la manera de trascender los miedos,
con acciones. Tus acciones crean tu
realidad. Creerlo para crearlo desde la voluntad.
Las
circunstancias existen y somos nosotros los que decidimos cómo y quiénes
queremos ser enese contexto. Liberarnos o
someternos depende de nosotros.
Nada es el fin del mundo, cada uno decide cómo prefiere transitar el
tiempo de incertidumbre, y
en paz, habiendo hecho todo lo posible también es una opción.
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