miércoles, 8 de febrero de 2017

ESTE ENOJO ME ESTÁ DAÑANDO Y HACIENDO PERDER EL TIEMPO

ESTE ENOJO ME ESTÁ DAÑANDO Y HACIENDO PERDER EL TIEMPO

Cualquiera puede enojarse, es algo muy sencillo. Pero enojarse con la persona adecuada, en el
grado exacto,en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no es tan sencillo. (Aristóteles)


El enojo atenta contra la capacidad de coordinar acciones para resolver un problema.
En  la calma en cambio,  encontramos el espacio ideal para un buen desempeño en cualquier tarea
compleja. Separo el enojo del problema. No lo personalizo.
Si dictamino que algo o alguien  está atentando  “a propósito”  contra  mí, es casi seguro que mi  
enojo  sea destructivo, y trataré  de devolverle eso mismo o algo peor:  El ABC de toda batalla.
Es importante entonces  comprender cómo nos enojamos, cuándo lo hacemos y si ese enojo
va a colaborar en solucionar el problema o va a formar parte del  mismo.

¿Tu manera de manejar el enojo hasta ahora te sirvió? ¿Y si probás lo siguiente?

Primero:  
¿Descargo o no?  
¿Abro la válvula y libero la frustración , o no?
¿Tiene que ser tan binario,  siempre es todo o nada?  ¿no hay nada en el medio? Sí, lo hay. Una
cosa es descargar y otra atacar al otro.

Segundo:
Le hago saber  al otro el impacto que su acción produce en mi.
 “Me enojé , estoy molesto y  decepcionado…”  
“Mejor hablemos más tarde o  mañana acerca de esto porque hoy estoy muy mal predispuesto,
discúlpame”.
No emito juicios ni descalifico. Manifestarlo de esa manera ya libera parte de la tensión.

Tercero:
Formulo una propuesta para reparar lo reparable y construir juntos acciones  que asegure
que no se repita.
“Caminemos un poco, así me descargo, y  después  vemos de qué manera podemos evitar que
esto se repita.»


El enojo entonces lejos de ser un fin es un medio para resolver un asunto. Si fuera un fin, el
objetivo no sería el diseño de acciones futuras sino directamente hacerle daño al otro.


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