Un error que se repite no es un error, es una elección.
Algunos depositan
en las organizaciones la responsabilidad de sus destinos, cuando
sería tanto más sensato y menos
frustrante entender -cuánto antes- que todas las organizaciones , tarde o
temprano nos trascienden.
Algunas empresas se
venden y otras se fusionan. Son eventos absolutamente razonables que están alineados con los
negocios de un mundo globalizado. Guste o no, sucede y fruto de esos cambios se achican estructuras que van aplanando algunas
pirámide de decisiones. En esos procesos
a veces,quedan colgadas las ilusiones de
aquellos que asumieron que ese trabajo era para toda la vida y decidieron depositar
esa responsabilidad en otro. Es cierto, nadie es culpable de estar desempleado
y
es un estado de
mucha incertidumbre, a veces cargada de frustración.
Pero ni las
organizaciones ni la vida van a cargar con las responsabilidades que les
corresponden a aquellos que - a
pesar de las muchas señales- tienen aun hoy la tendencia a desentenderse.
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