Cuando permitimos que los estresores que nos roban el tiempo nos golpeen, entonces
tenemos menos capacidad de tomar decisiones, más
distracción, baja tolerancia a la frustración y mal humor, entre otras. Si fortalecemos la resiliencia
momentánea, vamos construyendo la resiliencia global.
# “Reunionitis” :
eternas, desenfocadas e improductivas
reuniones , sin orden ni resultados.
# “Radiopasillo”: los chismes de las oficinas, que llegan
literalmente a dar la vuelta al mundo.
# Síndrome de la
bandeja de correos vacía: “Necesito responder los correos en cuánto llegan”.
Revisalos, ordenalos por graves, importantes e innecesarios,luego delegá , y de
los que tengas que ocuparte vos, definí y respetá un horario para trabajarlos.
Puede ser a primera hora si va a servir para ubicar a ese estresor.
# Agendar de acuerdo a tus horarios: Fijate si rendís más a
la mañana y te conviene atacar lo importante en ese horario.
Definí días para determinadas actividades como reuniones.
Empezá a organizarte. El fin es no hacer todo, todos los días.
# Distracciones: Más
respeto por el tiempo propio: aprender a decir que NO. Educadamente podés
decir: Entiendo lo que me decís, en cuánto termine en lo que estoy trabajando
-calculá una hora- me contacto con vos ( y lo anoto).Delegar responsablemente
ciertas tareas en tus reportes y supervisá lo hecho.
# Río Arriba:
anticiparte.
Vas a saber que
tomaste la buena decisión cuando sientas que tu cuerpo, tu mente y tu vida
liberan stress. No es rocket science, pero parece que tenemos un problema de
atención que podemos corregir conforme nos responsabilicemos de las
consecuencias de no estar enfocados.
Víctima o
responsable: your choice.
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