EL PODER DE LA
VERDAD
El candidato estaba prolijo, fue muy amable y educado. Antes
de comenzar la entrevista pidió permiso para decir algo a la persona de HR que tenía delante y
agregó: “Hay dos condiciones que me interesa aclarar antes de avanzar, por favor, y necesitarían que
estén en mi contrato: Horario flexible y cochera.
No me pareció apropiado decirlo en el teléfono, preferí
acercarme y aclararlo desde un comienzo,porque sin esos beneficios no me va a interesar hablar de
responsabilidades ni salario. Con todorespeto prefiero no hacerte perder tiempo”.
La persona de HR escuchó con atención, no
personalizólo que acababa de escuchar y respondió: “la cochera está, el
horario flexible formará parte de las condiciones de mi cliente para todos los que trabajan, en
los próximos meses – es un hecho – y
puedo
intentar adelantarlo. Y sí, ambas cosas, como las otras
condiciones pueden estar escritas en tu contrato.”
El final de la historia real es que el proceso fue exitoso y
el candidato ingresó en una posición regional en Finanzas.
Conversando con la entrevistadora comentó que en un
principio le sorprendió y le provocó rechazo, pero que decidió despersonalizar el tema ya que no le estaba
diciendo que “no” a ella, sino planteando educadamente un par de condiciones. Asimismo agradecía que en un contexto de
muchas entrevistas,haya tenido la gentileza de evitarles pérdidas de tiempo.
Mostró, en mi opinión, una fuerte y realista mirada de sus
propias capacidades de manejar situacionespoco habituales y la capacidad de establecer y trabajar
prioridades aun en medio de la
incertidumbre.
¿Se trata de aceptar la verdad y dejar de perder el tiempo?
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